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23 ABRIL. DIA DEL LIBRO FEMINISTA

Vamos a analizar textos literarios, artículos, opiniones de escritoras feministas.
Empezamos con un extracto del libro "CANSADAS" de Nuria Varela.

Cansadas. Agradécelo a una feminista
by Nuria Varela • 

¡Las modas! Las modas son un fenómeno bien interesante. Naomi Wollf lo había explicado perfectamente a comienzos de los años 90. Desde entonces sabíamos que el mito de la belleza había llegado para suplir la mística de la feminidad. Con la llamada “liberación” de las mujeres el control que ya no ejercía lo doméstico se suplió por asuntos tan triviales como el aspecto físico, el cuerpo, la cara, el pelo o la ropa. Fue la reacción contra el intento más potente de libertad sexual y reapropiación del cuerpo por parte de las mujeres.
Ahora, en los comienzos del siglo XXI, las modas nos prohíben envejecer. Algo tan ridículo como las canas tiene trascendencia política. El año que cumplimos 40 años, teñirlas o no era una decisión trascendental. Prácticamente se habían convertido en una muestra de rebeldía ante un sistema que solo quiere ver veinteañeras de cualquier edad y para ello no deja de promocionar lifting, botox, cremas milagrosas… cualquier cosa que quite arrugas y, de paso, genere ingentes beneficios para la industria cosmética al tiempo que sirva de pretexto para echar a las mujeres del sistema productivo en cuanto no siguen la norma de ocultar el paso del tiempo. Aún no están bien vistas las mujeres sabias, por lo tanto, que todas parezcamos jovencitas inexpertas.
La escritora María Xosé Queizán también ha reflexionado a fondo sobre algo aparentemente tan frívolo como los zapatos. Queizán está segura de que ningún hombre aceptaría caminar o ir a trabajar manteniendo el equilibrio sobre unas prolongaciones circenses. Además de la incomodidad, a su juicio, no resistirían el ridículo. “Las mujeres, por el contrario –afirma-, compran encantadas esos apéndices de tortura y salen orgullosas haciendo equilibrios al circo social. Y esto se considera normal”.¿Cómo no estar cansadas viviendo a toda velocidad, embutidas en una talla 38, sobre un tacón de 7 centímetros (y más) y peleando cada mañana contra el paso del tiempo?
Las modas son un fenómeno interesante, sin duda, pero no solo para la ropa. Por ejemplo, desde hace unos años se ha puesto de moda que no se puede hablar de culpa. Cada vez que sale a relucir esa palabra alguien te corrige explicando que la culpa es un concepto judeo-cristiano, que hay que hablar de responsabilidad.
Aceptamos la corrección pero la cuestión está en que tampoco se puede hablar de responsables porque otra moda muy potente es que no se puede responsabilizar a los hombres de nada, mucho menos culpabilizar. Se podría escribir un libro entero respecto a las nuevas mentiras del patriarcado. De hecho, utilizamos tanto patriarcado por lo mismo, porque no se puede hablar de los varones, en cuanto lo haces quedas directamente desprestigiada ¿y quién lo quiere?
La autocensura ha calado muy hondo en nosotras. El feminismo, un movimiento que nunca ha sido precisamente políticamente correcto, ha caído en esa trampa pero no por casualidad. La violencia, el desprecio, las críticas feroces, el desprestigio, la pobreza, la falta de autoridad, todo eso ha sido vivido con tanta fuerza por nuestras mayores que hemos aprendido muy bien la lección. Así que en este moderno siglo XXI ¿quién es la guapa que se atreve a declararse feminista? Pocas, muy pocas. Miles de mujeres lo son sin ni siquiera saberlo porque no quieren ni pararse a pensar en ello, no sea que se les note. Otras tantas, lo rechazan con la virulencia de quien intuye que nada bueno les puede traer esa etiqueta. Una intuición que es una verdad a medias porque por un lado, el feminismo solo ha traído libertad, derechos y mejoras sociales para nuestras democracias y especialmente para las mujeres pero bien es cierto que para aquellas que más han luchado y más se han significado el precio ha sido muy elevado.

No me resisto a reproducir “Agradécelo a una feminista”, un texto que sin ánimo excluyente ni compilatorio, ayuda a no olvidar.

Si eres mujer y…
Puedes votar, agradécelo a una feminista.
Recibes igual salario al de un hombre por hacer el mismo trabajo, agradécelo a una feminista.
Fuiste a la universidad en lugar de dejar los estudios después del bachillerato para que tus hermanos pudieran estudiar pues “tú de todos modos simplemente vas a casarte”, agradécelo a una feminista.
Puedes solicitar cualquier empleo, no sólo un “trabajo para mujeres”, agradécelo a una feminista.
Puedes recibir y brindar información sobre control de la fertilidad sin ir a la cárcel por ello, agradécelo a una feminista.
Es mujer tu médica, abogada, pastora, jueza o legisladora, agradécelo a una feminista.
Practicas un deporte profesional, agradécelo a una feminista.
Puedes usar pantalones sin ser excomulgada de tu iglesia o sacada del pueblo, agradécelo a una feminista.
A tu jefe le está prohibido presionarte a que te acuestes con él, agradécelo a una feminista.
Eres violada y en el juicio no se trata sobre el largo de tu vestido o tus novios anteriores, agradécelo a una feminista.
Inicias un pequeño negocio y puedes obtener un préstamo usando sólo tu nombre y tus antecedentes de crédito, agradécelo a una feminista.
Se te permite testificar en tu propia defensa, agradécelo a una feminista.
Posees propiedad que es únicamente tuya, agradécelo a una feminista.
Tienes derecho a tu propio salario aun si estás casada o hay un hombre en tu familia, agradécelo a una feminista.
Obtienes la custodia de tus hijas e hijos tras un divorcio o una separación, agradécelo a una feminista.
Tienes voz en cómo criar y cuidar a tus hijas e hijos en lugar de que les controle completamente tu esposo o su padre, agradécelo a una feminista.

Comentarios

  1. Está clarísimo que la moda está completamente ligada al salvaje capitalismo de los últimos 100 años, más ahora en el siglo XXI. Las más afectadas, como siempre, las mujeres. El sistema patriarcal dominante nos somete a sus discriminatorias creencias -tanto tienes tanto vales-. La aceptación social de la mujer si sigue sus cánones de belleza.
    Afortunadamente, eso está cambiando. El. Feminismo también está de moda, pero ¡cuidado! No podemos bajar la guardia, tenemos que estar vigilantes ante el falso feminismo que promueve el propio capitalismo para no perder el poder.

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    1. ¿Qué está cambiando? ahora como no podemos salir no sirve pero cuando podamos vamos a hacer un ejercicio, cuando vayamos a un sitio en el que haya bastante gente vamos a contar cuantas mujeres llevan las canas al aire y cuantos hombres, a ver que sale.
      No juzgo, eh, que yo soy la primera que lleva el pelo de colores (como una gata tricolor)

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    2. Llevas razón. Las que hemos sido educadas en el machismo lo tenemos tan arraigado que cuesta salir de él, a pesar de tener la conciencia feminista. Falta coherencia.

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  2. Quizás me hice feminista porque a todas las preguntas que se hacen y cuya respuesta es agradéceselo a una feminista, prácticamente a todas, podría responder que no. Mi generación estuvo marcada por la disciplina de la Sección Femenina dentro y fuera de casa. El modelo era la madre abnegada, sufrida y dedicada a los hijos y al marido y...como queríamos tanto a nuestra madre, queríamos imitarla.
    Por eso no sólo la moda como parte de nuestra estética, me ha marcado...y la he seguido. Sobre todo las condiciones sociales de nuestra época, esa sí que nos ha marcado, y es un estigma que cuesta mucho quitarse. De pronto...casi sin saberlo has cambiado y con la ayuda de muchas mujeres, te has convertido en una feminista. Una palabra, una actitud que te empodera. Esta sí es la moda que quiero seguir.

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  3. compra el libro barato13 de abril de 2020, 20:07

    El libro se puede conseguir en cualquier librería y hay una oferta por 1.82 euros para la version kindle. https://www.amazon.es/dp/B01N4PAOS0/ref=cm_sw_em_r_mt_dp_U_hoeKEbEQ257KG

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  4. Me dice mi jefe un día, esta tarde te toca atender una visita de unos informáticos de Barcelona y enseñarles toda la tecnología que usamos en producción. Y sí, caí, me recogí el pelo, me puse ropa incomoda, tacones no. Ni lo pensé, supuse que era eso lo que se esperaba de mi.
    solo me di cuenta a día siguiente cuando me enteré de que todos los tíos de producción estaban alborotados porque había venido una tía buena. Ellos me dieron bastante asco pero conmigo fui bastante mas dura por haber bajado la guardia y caer en la trampa porque les podía haber enseñado las super máquinas con zapatillas, vaqueros y camiseta.

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  5. Yo tengo dos anécdotas parecidas, una con un profesor de matemáticas el cual me dijo: María José, porqué te pones esas ropa de hombre??,( Llevaba pantalones y una camisa por fuera), yo le contesté que porque me gustaba. La segunda fue años después en el trabajo, mi jefe me dijo que porqué tenía esa postura de chico? , Yo le dije que así estaba cómoda. A día de hoy me sigo poniendo la ropa que me gusta y con la que me veo más favorecida, dependiendo de la ocasión. Con las posturas lo mismo.

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